Lo bueno es que Junior conserva una buena base y acumula bastante tiempo de trabajo con Perea.
De las seis incorporaciones de Junior para el segundo semestre del año, solo Wálmer Pacheco se puede considerar un refuerzo. El barranquillero, que ha sido el mejor lateral derecho del campeonato colombiano en los últimos años, llega a hacer más fuerte una posición que, con defectos y virtudes, venía siendo cubierta de manera aceptable por Fabián Viáfara y Marlon Piedrahíta.
A las dos alternativas que existían se le agregó una tercera con muchísimo potencial. Eso es reforzar, procurar mayor solidez.
No ocurre lo mismo en las otras líneas. La zaga, que requería un refuerzo, se mantuvo con los mismos nombres.
La primera línea de volantes, que fue el eje del mejor momento del equipo en la pasada temporada con Larry Vásquez y Didier Moreno en su máximo esplendor (con otras buenas alternativas como Fabián Ángel, Hómer Martínez, Juan David Rodríguez y Rubén Manjarrés), se intentó reforzar aún más con Álex Mejía, pero no se llegó a feliz término con el volante barranquillero. Creo que no hacía falta, más allá del liderazgo, experiencia y carácter que podía brindar. Hay suficientes opciones ahí. También en la marcación izquierda con Gabriel Fuentes y Edwin Velasco.
Sucede todo lo contrario con los extremos. Parece que Fredy Hinestroza tendrá otro semestre sin gran competencia por izquierda. Edwin Cetré y el repatriado Johan Bocanegra (que ojalá haya vuelto recargado de su buena campaña con el Huila) son quienes le disputarían el puesto. Por la banda derecha Luis Amaranto Perea acomodará a Piedrahíta mientras se espera la resurrección de Fabián Sambueza. Esas zonas ameritaban refuerzos.
En la creación ya no se cuenta con la inspiración y veteranía de Teófilo Gutiérrez. Por lesión no se contó con él en los últimos 10 partidos del primer semestre, pero su ausencia fue solventada de buena forma por Luis ‘Cariaco’ González, antes de lesionarse, y, sobre todo, por el trabajo colectivo.
Por la irregularidad del venezolano y el letargo que ha tenido Sambueza (es muy importante que despierte este semestre), se requería un refuerzo que ofreciera más certezas que las dudas que despierta José Carlos Muñoz. Era Yeison Guzmán, pero se cayó su fichaje.
En la delantera se fueron los 35 goles de Miguel Borja, el 39% de las 92 anotaciones rojiblancas en el último año y medio en todas las competencias. No es un dato menor. Carlos Bacca era el reemplazo idóneo, pero el presupuesto (bastante golpeado por la pandemia) solo alcanzó para Cristian Martínez Borja y Juan Sebastián Herrera. Ellos se unen a Carmelo Valencia. Hay cantidad, pero falta la calidad goleadora del cordobés o el porteño. Ojalá Ferlys García, juvenil que viene del Barranquilla FC, irrumpa con todo y surja un nuevo artillero.
Lo bueno es que Junior conserva una buena base y acumula bastante tiempo de trabajo con Perea. Tolima y Millonarios llegaron a la final con menos. Para la Copa Sudamericana no respondo, pero sí hay nómina para pelear la Liga, a pesar de que vino un solo refuerzo.
Por: Rafael Castillo Vizcaíno
Comunicador social y periodista egresado de Uniautónoma.
