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Flaca es la memoria del mundo político, aun sobre asuntos muy recientes como la elección presidencial de 2022, donde una variopinta coalición de partidos y candidatos formó la Coalición Equipo por Colombia, que fue presentado como el equipo soñado (Dream Team) para ganar la presidencia. Sin embargo, con los cinco millones de votos que obtuvo Federico Gutiérrez, ganador de una consulta popular entre ellos, no pudo pasar a la segunda vuelta.
Lo curioso de ese experimento que reunía barones electorales y nombres conocidos es que fue derrotada por un anciano candidato, sin partido ni equipo, impulsado por las redes sociales, sin programa ni ideología discernibles, representante de lo que la gente no quería: ni Uribismo ni Petrismo. Poco se anota que la fulgurante y fugaz carrera política de Rodolfo Hernández fue en el fondo un triunfo del centro. En solitario le sacó casi un millón de votos al multitudinario equipo por Colombia, y con 10.5 millones de votos en la segunda vuelta solo le quedaron faltando 711.575 para ser Presidente.
Lo que el electorado rechazó en esa ocasión fue al mundo político tradicional, representado en pleno por el Equipo por Colombia donde de una manera u otra estaban todos los partidos políticos organizados de algún peso, desde la derecha hasta el centro izquierda. Todos unidos como un solo hombre para enfrentarse a la izquierda, que era Gustavo Petro. La coalición estuvo formada por el Partido Conservador, el partido de la U, el Mira, y los movimientos Creemos Colombia de Federico Gutiérrez y País de las Oportunidades, de Alejandro Char, los cuales participaron en una consulta popular, apoyados por el Partido Liberal, el Centro Democrático y Cambio Radical. O sea, la totalidad del abanico político.
Acia de la República que se presente como resultado de una alianza entre partidos políticos tradicionales y disímiles, pierde. Con más veras cuando esta segunda edición del Equipo por Colombia en el fondo lo que está tratando de reunir es un grupo de candidatos sin votos con un grupo de partidos políticos sin candidatos viables. No en balde está siendo tan difícil concretar la aventura, y hay más curiosos que se asoman a la iniciativa que avances concretos.
Inevitable recordar al ver la fila de candidatos sin votos que desfilan por la casa del expresidente César Gaviria, principal promotor de la causa de la unidad contra la izquierda, la obra del teatro del absurdo Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello, en la cual personajes imaginarios deambulan por el mundo buscando un autor que los materialice en el escenario.
No tiene mucho sentido para un candidato buscar coaliciones anticipadas
No tiene mucho sentido para un candidato buscar coaliciones anticipadas, cuando la campaña presidencial no ha comenzado, sin hacer valer primero su peso político y sus ideas. De esa manera se pierde la posibilidad de mantener una individualidad frente a esa multitud de competidores. Por supuesto, las coaliciones vendrán después, con quienes aporten ideas, apoyo popular, y concepciones similares sobre la política. Las encuestas, cuando vuelvan a aparecer, dirán quién tiene la razón si los personajes en busca de autor o los pocos candidatos hoy independientes como Sergio Fajardo, Claudia López, Juan Manuel Galán, Juan Daniel Oviedo, es decir el centro con votos, que podrían ocupar el espacio que una vez tuvo Rodolfo Hernández. En el entretanto, sigue el interminable el desfile de candidatos en busca de partidos y de partidos en busca de candidatos.
Del mismo autor:El tiempo de Fajardo