El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, salió aclarar las versiones que señalaban que su Gobierno habría cedido territorio a Estados Unidos para realizar ejercicios militares con objetivos dirigidos al régimen de Venezuela. El mandatario afirmó que la presencia de tropas estadounidenses en el país no está vinculada a ninguna operación contra Caracas.
Mulino sostuvo que las maniobras realizadas por militares de Estados Unidos no constituyen “actos hostiles” ni contra Venezuela ni contra ningún otro Estado. Recalcó que la cooperación existente entre ambas naciones se enmarca en acuerdos formales y no en iniciativas unilaterales.
De acuerdo a NTN 24, las fuerzas estadounidenses han adelantado este año entrenamientos de supervivencia y combate en la selva del Darién, frontera natural con Colombia, así como en una base policial en la costa del Caribe panameño. Estas actividades coinciden con el despliegue militar ordenado por el presidente Donald Trump en el Caribe y el Pacífico, dirigido a combatir organizaciones narcotraficantes, lo que generó suspicacias en Venezuela sobre posibles fines políticos.
Durante su intervención este jueves, el jefe de Estado panameño reiteró que el país no presta su territorio para acciones que puedan interpretarse como amenazas. “No hay presencia militar no autorizada en Panamá”, enfatizó, respondiendo a las críticas sobre una supuesta colaboración con Estados Unidos para desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro.
Las operaciones de militares estadounidenses en Panamá se sustentan en un acuerdo de seguridad firmado entre ambos gobiernos en abril. Dicho pacto habilita el uso de bases aéreas y navales para entrenamientos, siempre bajo autorización panameña, y con una vigencia inicial de tres años, renovable.

Este convenio se concretó en un contexto de presión diplomática, luego de que Trump sugiriera que Washington podría “recuperar” el control del Canal de Panamá, infraestructura que administró hasta 1999. A la par de estas maniobras, el gobierno estadounidense ha destruido varias embarcaciones vinculadas al narcotráfico en aguas internacionales desde septiembre, con un saldo de 76 personas fallecidas.










