Toda su producción se hace en una planta nacional con la única máquina de inspección automática con inteligencia artificial en Latinoamérica
Desde una planta de 80.000 metros cuadrados en Colombia, la empresa textil Lafayette ha construido una ruta que conecta a la industria nacional con 24 países en diferentes regiones del mundo. Con una producción 100% local, esta compañía colombiana ha consolidado un modelo de exportación que combina tecnología, eficiencia logística y una visión de largo plazo basada en la sostenibilidad y la innovación.
Durante el último año, Lafayette exportó 2.400 toneladas de tela, lo que representa el 40% de su producción total. Sus textiles, fabricados principalmente a partir de poliéster, llegan a clientes en países como Estados Unidos, México, Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Panamá, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y España, entre otros. El alcance internacional de la marca es el resultado de décadas de trabajo.

La diversidad que ha hecho crecer a Lafayette
Los productos que exporta Lafayette no solo están destinados al vestuario y la moda, sino que también tienen aplicaciones en sectores especializados como el deporte, la decoración y los uniformes institucionales. Entre sus principales clientes se encuentran entidades públicas y privadas, fuerzas armadas, hospitales y empresas del sector industrial. Esta diversidad en la demanda ha impulsado a la compañía a perfeccionar sus procesos y adaptar su oferta a las necesidades de cada mercado.
Pero eso no es todo, su planta cuenta con más de 1.500 máquinas, incluyendo la única máquina de inspección automática con inteligencia artificial en Latinoamérica. Allí se producen al año 22.000 kilómetros de tela, una distancia equivalente a la que separa el Polo Norte del Polo Sur, y suficiente hilo como para cubrir el trayecto de ida y vuelta a la Luna 58 veces.


El sistema logístico es otro aspecto que ha permitido a la empresa mantener su éxito en el exterior. Aproximadamente el 98% de sus exportaciones se realiza por vía aérea, lo que facilita tiempos de entrega reducidos, incluso para pedidos personalizados. Dependiendo del país de destino y las características del producto, también se recurre al transporte multimodal, combinando rutas terrestres y marítimas.
Para quienes lideran el negocio, exportar implica algo más que concretar ventas internacionales. Según Héctor Pérez, gerente de Negocios de la compañía, el proceso exportador tiene un significado más amplio: “Lo que enviamos a más de 20 países no son solo textiles funcionales, sino una propuesta de valor basada en sostenibilidad, innovación y tecnología. Exportar desde Colombia también significa generar empleo de calidad, dinamizar cadenas productivas locales y demostrar que es posible construir industria con propósito”. Explica como una razón de peso para las grandes operaciones que han hecho recientemente.
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