Sin embargo, y pese a esta ley todavía se siguen viendo construcciones y sobre todo la reclamación de los terrenos por parte del señor Arturo Zuluaga, representante de la Reforestadora Chicó Alto, que todavía reclama como suyos esos terrenos.
“La demanda se dirigió únicamente contra la CAR, sin tener en cuenta que la Reforestadora tiene interés directo en las resultas del proceso, pues el área cuya sustracción se ordena en el acto acusado es de propiedad de la sociedad”, dice Zuluaga.
Muy poco se conoce de estos condominios, Puente Chicó y su vecino Mirador Tauro pues hasta el momentos son uno de los secretos mejor guardados que se encuentran en los cerros orientales de la ciudad de Bogotá.
Sin embargo, el miedo no es solo por parte de los residentes pues las autoridades encargadas de la preservación de los cerros experimentan un temor reverencia ya que expresaron
“Recordemos -dijo uno de los colaboradores- que los constructores de esta zona ya tumbaron a un contralor de Bogotá que había conseguido incluso la demolición de casas”.