El volante bogotano debutó en 1992 y los equipos en los que jugó en orden cronológico fueron: Millonarios, Independiente Medellín, Deportivo Cali, Deportes Tolima, Deportes Quindío, Atlético Bucaramanga, Millonarios, Independiente Medellín, Boyacá Chicó, Bogotá FC y Deportivo Pereira. Entre los años 90 hasta 2008 cuando se retiró. Tuvo un paso rápido por el fútbol de Venezuela en 2003 jugando para el Carabobo Fútbol Club.
Fue llamado a la Selección Colombia por Hernán Darío Gómez, cuando en ese momento estelar de su carrera se proyectaba como un buen suplente de Carlos “El Pibe” Valderrama.
Los hinchas de Millonarios, que vivieron una tortuosa década en los años 90, con únicamente dos subtítulos, tal vez recuerdan el partido de Copa Libertadores de 1997, cuando el visitante Nacional de Montevideo fue humillado en El Campín. El 2-0 a favor de los azules terminó con tres expulsiones por parte de los visitantes.
La banda dirigida por John Mario Ramírez y su socio Raúl Ramírez Gacha, que ingresó en la última media hora por Flaminio Rivas, desplegaron un “baile” incluyendo un par de túneles a la estrella internacional Álvaro Recoba que terminaron en gresca cuando Marcio Cruz metió el último gol en el arco sur.
John Mario dijo minutos después en las declaraciones radiales: “¡Ese Raúl no respeta es nada, imagínense haciéndole túnel a Recoba!”. Ese era John Mario, directo con sus opiniones, fuerte en las declaraciones, un ser humano que supo recomponer sus errores y los aceptó siempre públicamente. Nunca escondió su iniciativa de ayudar a Millonarios desde cualquier posición que le ofrecieran.
Iba a ser entrenador de Patriotas, quien tuvo que recurrir en los últimos días a los servicios de Jorge Luis Bernal para trabajar la pretemporada cuando se agravó el estado de salud de John Mario.
En una entrevista reciente me dijo: “Solamente aprendí de fútbol cuando ya era un exjugador, siendo activo andaba desordenado por la cancha, improvisaba mucho pero no pensaba en la planificación táctica de los partidos”. Un crack, un grande para pisar el balón, deleitó decenas de veces a la exigente tribuna azul del Nemesio Camacho.
Adiós John Mario, no olvidaré la última vez que hablamos hace un par de años en una cafetería de Bulevar Niza, recordando viejos temas de salsa y grandes agrupaciones musicales. Adiós al hombre que se atrevió a hacer algo diferente en El Campín y siempre defendió su estilo propio. Paz en su tumba.
Por: Jorge Hernán Peláez
*Matemático. Periodista y columnista.