Alex Navalny pensaba que moriría en prisión, según extractos de unas memorias escritas por el fallecido líder opositor ruso.
La revista New Yorker publicó los extractos el viernes antes la publicación del libro “Patriota” el 22 de octubre.
Navalny fue el rival más acérrimo y destacado del presidente de Rusia, Vladimir Putin, e hizo una incansable campaña contra la corrupción en Rusia. Murió en febrero en una remota prisión en el Ártico cuando cumplía una pena de 19 años por varios cargos, que incluían el de dirigir un grupo extremista, y que describió como acusaciones con motivaciones políticas.
Fue encarcelado tras regresar en 2021 desde Alemania, donde se recuperaba de un envenenamiento por una neurotoxina que atribuía al Kremlin, y desde entonces se le impusieron tres penas de cárcel. Las autoridades rusas han rechazado de plano cualquier implicación en el envenenamiento y en su muerte.
El editor Aldred A. Knoph anunció en abril la publicación de “Patriota”, que describió como la “última carta al mundo” del político fallecido.
Según Knopf, Navalny comenzó a trabajar en el libro cuando se recuperaba del envenenamiento, y siguió escribiéndolo en Rusia, tanto dentro como fuera de prisión.
Al detallar sus estrategias para sobrellevar el encarcelamiento, Navalny dijo que “imagino, de forma tan realista como sea posible, lo peor que podría ocurrir. Y después (…) lo acepto”.
Para él, eso era morir en prisión.
“Pasaré el resto de mi vida en prisión y moriré aquí”, escribió el 22 de marzo de 2022.
“No habrá nadie a quien decir adiós (…) Todos los aniversarios se celebrarán sin mí. Nunca veré a mis nietos”, escribió.
Aunque había aceptado su destino, las memorias de Navalny transmiten determinación contra la corrupción en las instituciones rusas.
“Desde luego, mi estrategia ante la situación no es una de pasividad contemplativa. Intento hacer todo lo que puedo desde aquí para poner fin al autoritarismo (o, más modestamente, contribuir a ponerle fin)”, escribió también el 22 de marzo de 2022.
En un extracto publicado con fecha del 17 de enero de 2024, un mes antes de su muerte, Navalny responde a una pregunta planteada por otros presos y guardias de prisiones. “¿por qué volviste?”.
“No quería renunciar a mi país ni traicionarlo. Si sus convicciones significan algo, uno debe estar preparado para defenderlas y hacer sacrificios si es necesario”, escribió.
Además de retratar el aislamiento y los desafíos de su cautiverio, la escritura de Navalny es llamativa por su sentido del humor. El fallecido disidente recuerda una apuesta con sus abogados sobre la longitud de su condena. “Olga calculaba de once a quince años. Vadim sorprendió a todo el mundo con su predicción de exactamente doce años y seis meses. Yo dije de siete a ocho años y fui el ganador”.
También se maravilló de lo absurdo de que le hicieran sentarse durante “horas en un banco de madera bajo un retrato de Putin”, como “actividad disciplinaria”.
La viuda de Navalny, Yulia Navalnaya, dijo en un comunicado publicado en abril por el editor que el libro no era sólo un legado sobre “la vida de Alexei, sino de su inquebrantable compromiso con la lucha contra la dictadura”, y añadió que compartir su historia “inspirará a otros a plantarse por lo que está bien y nunca perder de vista los valores que de verdad importan”.
También dijo que las memorias ya se habían trasladado a 11 idiomas y “definitivamente” se publicarían en ruso.
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