El Papa León XIV celebró su primera misa con los cardenales en la Capilla Sixtina el viernes, un día después de haber sido elegido como líder de la Iglesia católica, convirtiéndose en el primer pontífice estadounidense.
Vestido con ornamentos blancos y dorados relativamente sencillos, León, que nació en Chicago pero pasó dos décadas como misionero en Perú, pintó el cuadro espiritual de la Iglesia que le gustaría ver bajo su papado.
A pesar de que la ceremonia se desarrolló en italiano, el Pontífice, originario de Estados Unidos, comenzó con unas palabras en inglés, expresando su gratitud a los cardenales por la confianza que habían depositado en él.
La homilía tuvo como eje central la figura de San Pedro, el primer Papa. A través de sus palabras recogidas en el Evangelio según San Mateo “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, el Pontífice ilustró la riqueza de la fe que, gracias a la perseverancia en el Señor, “la Iglesia, mediante la sucesión apostólica, ha preservado, profundizado y transmitido durante dos mil años”.
Al meditar sobre el vínculo entre Pedro y Cristo, el Papa destacó que sólo Jesús, nuestro Salvador, es quien revela plenamente el rostro del Padre.“Dios me ha confiado este tesoro para que, con su ayuda, sea su fiel administrador por el bien de todo el Cuerpo místico de la Iglesia”, dijo.
La homilía también destacó la importancia de profundizar la relación personal con Cristo y subrayó que la fe es esencial para que la vida tenga sentido.
“Quiero repetir las palabras del Salmo Responsorial: Cantaré un cántico nuevo al Señor, porque ha hecho maravillas, y de hecho, no sólo conmigo, sino con todos nosotros”, añadió.
El Papa también invitó a reflexionar sobre las bendiciones que Dios derrama sobre el pueblo. “Hermanos cardenales, mientras celebramos esta mañana”, los animó, “los invito a reflexionar sobre las maravillas que el Señor ha realizado, las bendiciones que el Señor continúa derramando sobre todos nosotros a través del ministerio de Pedro.”
El Sumo Pontífice destacó que este llamado implica “hacerse a un lado para que Cristo permanezca, hacerse pequeño para que él sea conocido y glorificado, gastarse al máximo para que todos tengan la oportunidad de conocerlo y amarlo”.
Al finalizar su homilía, el Papa León XIV elevó una oración: “Que Dios me conceda esta gracia, hoy y siempre, por la amorosa intercesión de María, Madre de la Iglesia”.
Después de la misa, León almorzó con los cardenales que lo eligieron y luego serán libres de abandonar el Vaticano y regresar a sus hogares en todo el mundo.
Nombramiento de León XIV
León XIV, de 69 años, fue elegido al final de un rápido cónclave de dos días que concluyó el jueves por la tarde, cuando salió la fumata blanca de la chimenea de la capilla.
Según Reuters, antes de su elección, los cardenales estadounidenses habían sido descartados como aspirantes papales debido a la suposición generalizada de que la Iglesia mundial no podía ser dirigida por un papa de una superpotencia.
Sin embargo, también posee la nacionalidad peruana, lo que significa que tiene un profundo conocimiento tanto de Occidente como de las naciones menos desarrolladas.
El sucesor del papa Francisco, fallecido el mes pasado a los 88 años, hereda una serie de grandes retos, que van desde el déficit presupuestario hasta las divisiones sobre si la Iglesia debe ser más acogedora con la comunidad LGBTQ+ y los divorciados, y si debe dejar que las mujeres desempeñen un papel más importante en sus asuntos.
