Bajo el contexto de los incendios en Los Ángeles, Estados Unidos, y las alarmas emitidas por las autoridades ambientales nacionales sobre el riesgo que enfrenta el país ante la falta de lluvias, cabe revisar cuál es el estado de la deforestación en Colombia.
Colombia cerró 2023 con una noticia alentadora en cuanto a la conservación de bosques. En este año se logró la mayor reducción de la deforestación en 12 meses, pasando de 123.517 hectáreas deforestadas en 2022 a 79.256 hace dos años.
Las cifras reflejan una reducción de 36% en la comparación interanual. “Es la cifra más baja producida desde que tenemos serie histórica en el país desde el 2000. Es, por primera vez, una cifra que se reduce sustancialmente y por debajo de las 100.000 hectáreas. Es un año realmente icónico en esta lucha contra la deforestación”, señaló la ministra de Ambiente Susana Muhamad.
Así mismo, en la selva amazónica también se alcanzaron avances notables en este sentido gracias a que, en 2023, se talaron 44.274 hectáreas de bosque, mientras que en 2022 fueron 71.185 hectáreas (38% menos en un año).
Sin embargo, la deforestación seguirá siendo uno de los mayores retos del país en 2025. De acuerdo con el Boletín de Detección Temprana de Deforestación del Ideam, hasta el primer trimestre del año pasado ya se habían perdido 109.000 hectáreas de bosque, superando la cifra de todo 2023.
Además, en el segundo trimestre del año pasado se detectó un avance de 626 hectáreas en el departamento de Meta, 131 hectáreas en Caquetá y 37 en Guaviare. Por regiones, la Amazonía fue aquella que tuvo los mayores registros de detección de deforestación, concentrando 36% de las detecciones.
A esta región le siguió la Andina, con 35%; Pacífico, con 14%; Caribe, con 13%, y Orinoquía con 2%. “Entre abril y junio de 2024 se identificaron 477 parches deforestados en el Amazonas, 86% tienen áreas inferiores a cinco hectáreas y 9% tienen áreas entre cinco y 10 hectáreas”, detalló el Ideam en su reporte trimestral.
La apuesta por la transición energética del actual Gobierno no puede dejar de lado la condición ambiental del país. Serán necesarias políticas de deforestación más rigurosas para evitar daños mayores a las “reservas de oxígeno” del país.