Los costos de cada botella de licor se elevarían 70% con la nueva reforma tributaria

El terreno comercial para las licoreras en Colombia se pasea por arenas movedizas. Si bien la reforma tributaria de Petro grava y aumenta a segmentos del sector real, uno de los más afectados es el rubro de las bebidas alcohólicas, ya que el proyecto propone un impuesto al valor agregado, IVA, de 5% a 19% en los rones y aguardientes, las bebidas con altos grados de alcoholimetría. De hecho, desde la Industria Licorera de Caldas, aseguran incrementos de hasta 70% en los precios por botella si llega a pasar el proyecto que propone Gustavo Petro.

“Si hoy una botella de Ron Viejo de Caldas de 750 mililitros cuesta $49.971, con la reforma y los impuestos pasaría a costar $83.000”, explicó Diego Angelillis, gerente de la Industria Licorera de Caldas. Esto se traduce en alzas de 70% en los costos que serían trasladados al consumidor final.

Estos cálculos se hacen después del llamado conjunto de las licoreras aliadas a la Asociación colombiana de Industrias Licoreras, Acil; Empresas de Licores Internacionales (Diageo, Pernord Ricard, Brown Forman y Global Wine and Spiritis) y Prolicores (Empresas de Licores Internacionales), que el martes, a través de un comunicado oficial, se dirigieron al Gobierno.

Gráfico LR

“Tradiciones como el brindis con aguardiente, ron o whisky no solo son parte esencial de nuestra idiosincrasia, sino que actúan como uno de los principales motores de crecimiento de Colombia. El sector representa 1,5% del PIB nacional y genera más de 200.000 empleos totales, extendiéndose desde el campo agrícola, hasta los hoteles, bares, restaurantes, conciertos y ferias regionales”, se lee en el comunicado.

Las consecuencias

Las licoreras reunieron la serie de eventos infortunados que vendrían si esta reforma es aprobada por el Congreso de la República en el sector. Explican, por ejemplo, que la experiencia histórica demuestra que encarecer el trago legal no frena el consumo, sino que lo desvía hacia el mercado ilícito, poniendo en riesgo la vida del consumidor. Actualmente en Colombia, 22,4% del licor consumido es ilegal y estudios han demostrado que, con la reforma, el trago ilegal podría alcanzar un alarmante 50%.

Además, dicen que al imponer una carga excesiva y diferenciada únicamente sobre los licores destilados, no se alcanzaría el propósito fundamental de la reforma, sino que se castiga directamente la legalidad. La mayor parte del mercado del alcohol en Colombia queda excluida, esta selectividad solo consigue penalizar al sector formal. La política también impactaría temas clave como la salud y la educación de los departamentos. La industria de licores es un socio fiscal estratégico, que anualmente aporta $3,9 billones, un capital que paga directamente el salario de 232.140 maestros y enfermeras en todo el país.

¿Cómo se preparan?

Desde la Industria Licorera de Caldas, una de las más grandes del país, han planeado desde hace algunos años (e incluso algunos productos ya se encuentran en el mercado), una oferta con una grado menos de alcohol. “El mundo también lo viene diciendo que las nuevas generaciones prefieren menos grados alcoholimétricos porque quieren durar más en las fiestas y nosotros vamos de la mano con esas nuevas generaciones”, dicen desde la ILC.

Ventas de aguardiente

El aguardiente es una de las bebidas más populares del país, con más de 95 millones de botellas vendidas durante el año pasado. Las marcas de este licor más vendidas fueron, precisamente, el Antioqueño, de la FLA, con más de 60 millones de unidades comercializadas, y el Amarillo de Manzanares, de la ILC, que vendió 13 millones de botellas. Vale la pena resaltar que, en ese momento, no se podía vender Amarillo en ciudades capitales como Bogotá y Medellín. El top tres lo completa la Licorera del Valle y su Aguardiente Blanco, según las cifras reportadas.

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