El Vaticano publicó este sábado el escudo oficial del Papa León XIV, vinculado a San Agustín. El escudo pontificio conserva la forma y los elementos esenciales del blasón que el entonces obispo Robert Prevost adoptó en su consagración episcopal.
El emblema, que ahora lo representa como sucesor de San Pedro, refuerza su identidad espiritual dentro de la tradición agustiniana. Está dividido diagonalmente en dos partes: en la sección superior, sobre fondo azul, aparece un lirio blanco, símbolo de pureza; mientras que en la parte inferior, sobre fondo claro, se representa un libro cerrado con un corazón traspasado por una flecha, imagen que evoca la conversión de San Agustín y su célebre expresión “Has traspasado mi corazón con tu Palabra”.
Junto con el escudo, también se dio a conocer el lema oficial del pontificado: In Illo uno unum, que se traduce como “En aquel Uno, uno solo”. La frase está tomada de un sermón de San Agustín sobre el Salmo 127 y expresa el ideal de unidad de los cristianos en Cristo, tema central en la espiritualidad de la Orden de San Agustín, a la cual pertenece el nuevo Papa.
La elección de mantener tanto el escudo como el lema de su etapa episcopal señala una intención clara de continuidad. Durante una entrevista en 2023, el entonces cardenal Prevost ya había destacado que la unidad dentro de la Iglesia sería una prioridad de su misión pastoral, en sintonía con el pensamiento agustiniano.
Además del escudo y el lema, la Santa Sede difundió el retrato oficial de León XIV, que será colocado en parroquias, diócesis y representaciones como signo de comunión con el Obispo de Roma. En la imagen, el Pontífice aparece con muceta roja, estola bordada, roquete blanco y cruz pectoral dorada, tal como se presentó por primera vez al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El retrato incluye su firma autógrafa acompañada de la tradicional abreviatura “P.P.”, que significa Pontifex Pontificum (“Pontífice de los Pontífices”), fórmula empleada para subrayar el rol único del Papa en la Iglesia. Con estos elementos, León XIV marca el inicio de un pontificado centrado en la comunión, la identidad espiritual agustiniana y el llamado a la unidad entre los creyentes.