Maduro cree que con la sentencia de la sala electoral del tsj del pasado 21 de agosto consolida su golpe de Estado contra la soberanÃa del pueblo. Lo que sà hace, definitivamente, es terminar con lo que deberÃa ser un Poder Judicial, si sigue bajo la rectorÃa de ese ente. De ahà las minúsculas ineludibles: el tsj dejó de ser una institución para ser un vulgar agente de Nicolás Maduro. Su sentencia está, además, plagada de vicios. Usurpa la potestad del cne (también este ente, bajo Elvis Amoroso, en minúsculas) por lo que, como reza el ArtÃculo 138 de la Constitución, ââ¦es ineficaz y sus actos son nulosâ. Encima, pasó por alto la recusación contra la participación de su presidenta en esta decisión, por su sesgo a favor de los intereses polÃticos del PSUV. Finalmente, el supuesto peritaje en el que se fundamenta excluyó la participación de representantes de fuerzas polÃticas que disputaron la candidatura de Maduro en la contienda electoral. Tampoco se aclaran los criterios con que se hizo, ni si se verificó la autenticidad de los recaudos examinados. Pero, sobre todo, convalida la violación del precepto básico sobre el cual se fundamenta la Constitución de la República: âLa soberanÃa reside intransferiblemente en el puebloâ (Art. 5). Como todo el mundo sabe, porque asà lo demuestran las actas y la vigilancia de miles de testigos, el ejercicio de tal soberanÃa eligió presidente, por una ventaja contundente, a Edmundo González Urrutia.  Â
Sustituir la independencia y autonomÃa de los poderes por los designios de quien controla el Ejecutivo, atenta contra los cimientos del régimen republicano. Implanta un régimen autocrático que niega los derechos ciudadanos, la alternabilidad en el poder y la voluntad popular, y que solo podrá sostenerse con represión. Pero, al desapoderar al poder judicial o el electoral, Maduro se priva de instituciones que deberÃan apuntalar su estabilidad. ¿Qué garantÃas amparan el trato con su gobierno? ¿Cómo creer en la supuesta neutralidad de los tribunales locales para proteger derechos inalienables a individuos y agentes económicos? ¿Qué inversionista arriesgará capitales en un paÃs tan necesitado como el nuestro, pero sin los resguardos personales y económicos mÃnimos? Abre las puertas, claro, a parásitos que buscarán cobijarse bajo Maduro para sumarse a la depredación de la cosa pública.Â
Es más, la comprobada ausencia de independencia judicial, ya registrada por la Misión de Determinación de los Hechos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, invita a una mayor injerencia de órganos jurÃdicos internacionales en los asuntos de Venezuela, como la CIJ, el CPI, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y de entes de resolución de controversias comerciales o de inversión (Ciadi), para compensar la incapacidad del sistema nacional de garantizar los derechos básicos de sus acuerdos constitutivos, de los cuales Venezuela es signataria. Es decir, aumenta la exposición de Maduro y sus acólitos al control externo. Como respuesta, la dictadura podrá huir hacia adelante, rompiendo con estos órganos, alegando la âsoberanÃa y autodeterminación de los pueblosâ. Pero asà quedará todavÃa más aislada internacionalmente, un Estado-paria vulnerable y excluido de toda participación provechosa en asuntos financieros, comerciales, culturales o de defensa recÃproca del mundo actual.Â
En vez de proporcionarle la credibilidad buscada por Maduro a su zarpazo, la sentencia del tsj deja aún más desguarnecido a su régimen. Su rechazo inmediato por la mayorÃa de los paÃses latinoamericanos, la exigencia de Estados Unidos, Canadá y la UE de que se presenten, detalladamente, las actas para su verificación independiente, y su reconocimiento de que, con base en la evidencia disponible, triunfó por amplio margen EGU, revelan su coincidencia en que Venezuela carece de instituciones, destruidas por la corrupción. Coloca al régimen en una situación muy vulnerable ante el mundo. Claman por un cese inmediato a la represión y la liberación de aquellos detenidos injustamente. Se prevén sanciones más eficaces contra los perpetradores del golpe de Estado y de la brutal represión de la población. Pero también habrá de agravarse aún más una situación económica que, bajo Maduro, no tiene arreglo.Â
La producción petrolera ya roza su techo: sin nuevas inversiones poco aumentará, incluso sin sanciones. Pdvsa y la República enfrentan numerosos litigios con empresas extranjeras por confiscación e/o incumplimiento de contratos. Al pervertirse los mecanismos para la solución de controversias, buscarán resarcirse con la incautación de activos externos, incluyendo el embargo de crudo exportado. Sumemos la sequÃa de recursos foráneos por default y porque Maduro no ofrece confianza alguna âtrato imparcial, creÃbleâ a los inversionistas. El aparato productivo interno apenas se sostiene en su actual depresión.Â
Más allá, la economÃa venezolana se sienta sobre una bomba de tiempo que habrá de explotar cuando escaseen las divisas. Porque el éxito de que alardea Maduro en reducir la inflación ârelativo, porque sigue siendo altaâdescansa en la venta de dólares para recoger bolÃvares, aunado con la astringencia de créditos y la depresión de los sueldos públicos. El rezago cambiario es el elemento central de este ajuste neoliberal y ha sobrevaluado significativamente la moneda nacional. Al cerrarle la puerta a una salida polÃtica y agravar la conflictividad y el malestar social con su golpe de Estado, Maduro ha revitalizado la compra de dólares, tanto como refugio y como âpasaporteâ de quienes perciben que sus únicas posibilidades están en la migración. La inevitable corrección cambiaria âsalto en el precio del dólarâhará añicos su ajuste antiinflacionario, desatando movilizaciones y protestas por el deterioro, aun mayor, de los salarios congelados. Es decir, el retorno a las condiciones de inestabilidad propias de hace algunos años, pero con una gobernabilidad seriamente comprometida por el debilitamiento del régimen, tanto nacional como internacionalmente. No son nada buenas las perspectivas para el usurpador.Â
âLa mentira tiene patas cortasâ. Al emular a Trump con su Gran Mentira de que ganó las elecciones de 2020, Maduro y los suyos se ven obligados a huir hacia adelante aferrándose a nuevos embustes que, irremediablemente, aumentan su vulnerabilidad. Vemos a un Tarek âTorquemadaâ Saab, convertido en un vengador cada vez más desquiciado, intentando culpabilizar a MCM y a EGU por subir actas, dizque falsas, a la página https://resultadosconvzla.com/. Las mismas que expertos internacionales y paÃses democráticos han aceptado, gracias a la verificación de los códigos que resguardan su autenticidad y al respaldo de numerosÃsimos testigos. Junto al anodino Yván Gil, inventa, sin prueba alguna, vÃnculos de la Plataforma Unitaria con el Tren de Aragua dizque para desestabilizar al paÃs. Y Jorge, el Furibundo, anuncia una reforma a la Ley de Partidos PolÃticos para prohibir a aquellos que desconozcan la farsa aprobada por el tsj, Como buenos fascistas, son pupilos esmerados de Joseph Goebbels, jefe de propaganda nazi. Mentir, mentir y mentir hasta construir una realidad ficticia en la cual cobijarse junto con su secta, enfrentados al mundo. Pero desde una posición cada vez más débil.Â
Al querer cabalgar sobre la mentira de un triunfo de Maduro que nadie compra âellos saben que mienten, el mundo sabe que ellos saben que mienten y ellos saben que el mundo sabe que ellos saben que mientenâ, lo que quedaba del movimiento chavista optó por reducirse a un madurismo estrecho, sólo sostenible con base en la represión. Pero como le dijo Talleyrand a Napoleón, âlas bayonetas sirven para muchas cosas, menos para sentarse en ellasâ. Y aquà es donde se abren interrogantes que no logran explicarse satisfactoriamente. ¿Cómo se entiende que los militares, que ahora controlan la situación, decidan hundirse con quien, por su incompetencia, corrupción y desprecio por los venezolanos, acabó con el paÃs y ahora, montando este golpe de Estado tan chapucero, terminará por destruir las bases de su futuro sustento polÃtico, económico e institucional? Por supuesto, algunos sentirán el compromiso de lealtad con quien les puso âdonde haigaâ, protegidos de toda averiguación externa. Pero, estemos claro, sostener eso con base en la mentira de Maduro, enfrentados al paÃs y al mundo, no tiene vida.Â
¿No habrÃa sido mejor reconocer el triunfo de quien los venezolanos eligieron por abrumadora mayorÃa y negociar ventajosamente âfaltan cinco meses para la toma de posesión del nuevo presidenteâ, una transición democrática que considere aquellos intereses suyos legal y polÃticamente aceptables por esa mayorÃa? Militares cuya complicidad con la expoliación y la represión es menor o inexistente, ¿van a hundirse con Maduro? Como dijera el presidente Clinton de Estados Unidos: No se sale de un hoyo cavando.Â
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