Lamentablemente, la tensión entre Ucrania y Rusia ha estado creciendo en las últimas semanas, especialmente con la llegada de la primavera.
El gobierno ucraniano está preparando una ofensiva para recuperar la península de Crimea, que fue anexada por Rusia en 2014, y esto ha generado temor en el gobierno ruso. Para contrarrestar esto, Rusia está aumentando sus esfuerzos de reclutamiento para aumentar su fuerza militar, tanto a través del grupo mercenario Wagner como del ejército regular. Se espera que se alisten 400,000 nuevos reclutas a partir del 1 de abril.
La construcción de fortificaciones y trincheras en la región de Crimea también ha aumentado, y según algunas fuentes, Rusia estaría utilizando mano de obra forzada para llevar a cabo estos trabajos.
La actividad se centra principalmente en las zonas alrededor del istmo de Perekop, que es una franja de tierra que conecta Crimea con el territorio continental ucraniano. Esta área ha sido de importancia estratégica durante siglos, y desde que Rusia ocupó la península en 2014, ha estado reforzando sus posiciones defensivas allí.
Además, se está fortificando la costa de Crimea en caso de un intento de asalto anfibio por parte de Ucrania. Los medios de comunicación ucranianos también han informado de que se están preparando planes para una rápida “evacuación forzosa” de Crimea.
La importancia estratégica de Crimea en este conflicto es evidente, ya que es una base para la Flota rusa del Mar Negro y proporciona un acceso crítico al comercio a través de puertos como Sebastopol. Además, es el ancla de un frente meridional desde el que amenazar a Ucrania.
La rapidez con la que Occidente pueda suministrar a Kiev el material militar prometido que necesitará para lanzar su ofensiva es crucial.
También está la cuestión de en qué estado se encontrarán las tropas ucranianas después de tantos meses de cruentos combates en las provincias occidentales de Donetsk y Luhansk y sus alrededores, especialmente en Bakhmut.
Esta semana, Estados Unidos ha señalado la urgencia con la que considera su suministro de tanques Abrams a Ucrania, y otros países como el Reino Unido y Alemania también están enviando material militar.
Sin embargo, la entrega de armamento a Ucrania plantea sus propios desafíos, especialmente en lo que respecta a cómo identificar el equipo suministrado por la OTAN y distinguirlo del equipo militar ruso.
Para abordar este problema, el Pentágono ha diseñado una baraja de cartas que incluye imágenes de equipo militar de la OTAN, como tanques, helicópteros y lanzacohetes. Esto es similar a lo que se hizo en la guerra de Irak hace 20 años, cuando se entregaron naipes marcados con altos cargos del régimen de Saddam Hussein a las fuerzas de la coalición.
