El conmovedor momento se dio este miércoles durante la audiencia general celebrada en el Vaticano, en un gesto espontáneo de solidaridad.
Entre los asistentes a la audiencia celebrada al aire libre, se encontraba Lidia Maksymowicz, una polaca de origen bielorruso de 81 años de edad, la cual aprovecho para saludar al Papa y mostrarle su tatuaje, el número 70072 con el que fue marcada al ingresar al campo de concentración del Holocausto Nazi en 1943 con tan solo 3 años de edad.
Frente a eso, el papá después de intercambiar algunas palabras con la mujer, le beso el tatuaje e inmediatamente la mujer conmovida le dio un fuerte abrazo y expresó “Con el Santo Padre nos entendimos con una mirada, no hicieron falta palabras”.
Entre las últimas supervivientes de los campos de concentración nazis, Maksymowicz se encuentra en Italia como invitada de la asociación “Memoria Viva” para contar a los jóvenes su testimonio, recogido en un documental que lleva el título “La niña que no sabía odiar”.
Adoptada y salvada por una familia polaca tras su liberación en 1945, encontró a su verdadera madre en Rusia en 1962 gracias a los tatuajes.
El Papa besa tatuaje con el número de prisionera de esta superviviente a un campo de concentración. pic.twitter.com/CKZAR6o2qg
— Javier Martínez-Brocal (@javierMbrocal) May 26, 2021